viernes, 10 de febrero de 2012

NOÉ tenía una esposa y tres hijos. Los hijos se llamaban Sem, Cam y Jafet. Cada hijo tenía una esposa. Así que había ocho personas en la familia de Noe
NOÉ Y EL DILUVIO
  • ¿Sabía Ud. que una vez la tierra estaba cubierta con agua?
  • ¿Sabía Ud. que fósiles marinos se encuentran encima de los montes más altos?
  • ¿Sabía Ud. que toda la gente de la tierra tiene tradicciones acerca de un diluvio?
  • ¿Sabía Ud. que mucha gente afirma que ha visto un barco gigante atrapado en el hielo cerca de la cima del Monte Ararat?
  • La historia bíblica del diluvio es muy importante. Los montes y formaciones de piedra alrededor de nosotros fueron cambiados de forma y aspecto durante el diluvio en los días de Noé. Esta historia se encuentra en Génesis 6 - 9. Espero que algún día Ud. lea esta historia directamente de la Biblia.
  • He aquí los hechos básicos en cuanto al diluvio en los días de Noé.
A continuación de la muerte de Abel, el libro de Génesis nombra los descendientes de dos familias distintas. Primero es la familia de Caín. Como Ud. ya sabe, él era un hombre perverso. Mató a su hermano. Se rebeló contra Dios. Tenía una familia mala. Su séptimo descendiente se llamó Lamec. Lamec era el primer hombre que tenía dos esposas. También era un homicida. Se jactaba a sus esposas de haber matado a un joven quien le había golpeado.
Después de la muerte de Abel, Adán y Eva tuvieron otro hijo que se llamaba Set. El fue un hombre bueno. Tenía una familia buena. Su séptimo descendiente se llamaba Enoc. Enoc era un hombre muy bueno. Andaba tan cerca a Dios que fue llevado directamente al cielo sin tener que morir.
La Biblia enseña que mientras los hombres se multiplicaron, "viendo que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas". (Génesis 6:2) Algunos piensan que "los hijos de Dios" fueran de la familia de Set, y "las hijas de los hombres" de la familia de Caín. Cuando los hombres de la familia buena se casaron con las hijas de la familia mala, toda la tierra llegó a estar corrupta. Pronto, casi todos eran pecaminosos e impíos.
Dios vio que la perversidad del hombre era grande en la tierra, y que los pensamientos de su corazón eran de continua corrompidos. Por eso, Dios decidió destruir lo que había creado, con un diluvio gigantesco.
Pero Noé encontró gracia en los ojos del Señor. Noé era un hombre justo y perfecto en su generación. Caminó con Dios. Dios quería salvar a Noé.
Por lo tanto, Dios mandó a Noé que construyera un arca, or barco y que la calefateara con brea para que no entrara el agua.
El barco, o arca, tuvo que ser muy grande. Tuvo que ser de tamaño suficiente para Noé y su familia, además de miles de animales y aves. Noé tuvo que llevar un macho y una hembra de cada criatura en la tierra. Esto asegurá que se reproducirían después del diluvio. El arca tenía 450 pies de largo, 75 pies de ancho, y 45 pies de altura. Tuvo 3 pisos, pero una sola ventana.
Las escrituras enseñan que Noé era un predicador de la santidad. Durante muchos años él advirtió a la gente acerca del diluvio y trataba de convencerles que se juntaran con él en la seguridad del arca. Con todo, nadie más que su familia lo creyera. Cuando ya llegó el diluvio, había sólo ocho personas en el arca. Eran: Noé y su esposa, sus 3 hijos y sus esposas. Cuando la familia de Noé y todos los animales estuvieron en el arca, Dios cerró la puerta.
Las aguas del diluvio vinieron de dos fuentes. Primeramente, las fuentes más profundas fueron deshechas. Las grandes reservas de agua subterranea subieron a la superficie de la tierra. En segundo lugar, llovió por cuarenta días y cuarenta noches. Recuérdese, nunca había llovido. Antes, en vez de llover, una niebla subía del suelo y regaba la tierra.
Algunos científicos creen que esta niebla hizo toda la tierra como un invernadero gigantesco. No habían masas de aire caliente chocando con masas de aire frio para crear tormentas. Pero, una vez que la niebla fue quitada, algunas partes de la tierra se enfriaron y otros se calentaron. Esto podría explicar por qué muchos animales antiguos han sido descubiertos congelados en hielo. Animales grandazos, semejantes a elefantes, que se llaman "mastodontes", y tigres del tipo "dientes de sable" han sido descubiertos congelados en el hielo de Siberia.
Este gran dosel de niebla podría explicar por qué el hombre vivía tantos años antes del diluvio. Esta niebla filtrara la radiación solar mortífera asociada con el proceso de envejecer. Matusalén era el hombre más viejo que jamás vivía. El vivía antes del diluvio y murió cuando tenía 969 años. Después del diluvio, el hombre ya no vive tantos años.
Noé y su familia estaban en el arca por más de un año. Después de cinco meses el arca se sentó encima de los montes de Ararat. Aún así, Noé tuvo que esperar más de siete meses para que el agua se secara. Antes de abrir la puerta del arca, Noé abrió la ventana y despachó aves para ver si ellas pudieran encontrar un lugar para aterrizar. Cuando una paloma regresó con una hoja de olivo en el pico, Noé supo que con seguridad podría abrir la puerta.
Antes del diluvio, no habían estaciones ni tormentas. Después del diluvio, el Señor dijo que haría frio y calor y que habría verano e invierno. También, puso un arco iris en el cielo como una señal de Su pacto de nunca jamás destruir la tierra con un diluvio.
Muchos años después, el apostol Pedro escribiera:
Primeramente, sabed que en los últimos días vendrán burladores con sus burlas, quienes procederán según sus bajas pasiones, y dirán: "¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que nuestros padres durmieron todas las cosas siguen igual, así como desde el principio de la creación." Pues bien, por su propia voluntad pasan por alto esto: que por la palabra de Dios existían desde tiempos antiguos los cielos, y la tierra que surgió del agua y fue asentada en medio del agua. Por esto el mundo de entonces fue destruido, inundado en agua. Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego, guardados hasta el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos. Pero, amados, una cosa no paséis por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día. (2 Pedro 3:3-8)
Nuestra tierra nunca será destruída otra vez por un diluvio. La próxima vez, Dios la destruirá por fuego. Algún día " . . . los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas. Ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡qué clase de personas debéis ser vosotros en conducta santa y piadosa, (2 Pedro 3:10 - 11)

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